No
es un detergente de última generación para lavar los platos, pero su efecto es
similar: elimina la grasa. En este caso, la del cuerpo, que es la que favorece
la aparición de enfermedades cardiovasculares y diabetes. Se trata del arándano
azul (blueberry o mora azul), un fruto que, al igual que otras bayas, puede
servir para mucho más que complementar las recetas de repostería. Sus propiedades lo convierten en todo un
superhéroe ya que además de reducir la grasa, ayuda a destruir microbios,
combatir infecciones y a prevenir la formación de tumores. ¿No te animas a
comerlo?
Te
estarás preguntando: “¿Cómo es que un fruto tan pequeño puede resultar tan
beneficioso para la salud?” La respuesta
está en unos compuestos químicos muy abundantes en el arándano azul y muchas
otras frutas llamados polifenoles. Sus aportes a la salud han sido motivo de
estudio y los resultados del mismo presentados en un congreso de Biología
Experimental de la Sociedad Americana de Nutrición, celebrado en Washington,
Estados Unidos.
Los
investigadores observaron el efecto de los polifenoles a nivel molecular en los
tejidos del ratón y comprobaron que reducían la diferenciación de las células
no especializadas en adipocitos (las células grasas). En otras palabras:
frenaban la formación del tejido graso.
Uno
de los aspectos más prometedores de este trabajo es que, entre más cantidad de
polifenoles se les daba a los roedores, mayores eran los efectos. Así, la dosis
más baja produjo una reducción de tan sólo un 27% del contenido graso, pero
este porcentaje subió al 73% cuando se aplicó la ración más alta. Sin embargo,
los responsables del estudio advierten que los resultados son todavía
preliminares y es necesario confirmar sus efectos en los humanos.
El
poder de los arándanos para combatir el sobrepeso y la obesidad ya se conocía,
así como lo que representan los polifenoles, pero todavía no se sabe
exactamente cómo se produce, qué dosis se recomienda o qué personas pueden
beneficiarse en mayor medida.
Antioxidantes
Los
especialistas en nutrición tienen muy presente el papel preventivo de estos
componentes vegetales. Afirman que al comerlos, se disminuye la oxidación que ocurre
en el organismo a través de los procesos del metabolismo, lo que conlleva al
envejecimiento de las células. En las personas con problemas metabólicos
(diabetes, hipertensión, obesidad…), este deterioro progresivo está mucho más
acentuado, por lo que los expertos recomiendan incluir en la dieta una serie de
alimentos ricos en antioxidantes, como el arándano. Resulta paradójico que a
pesar de sus virtudes, su consumo sea poco extendido. Consúmelos frescos, en
jugo y añádelos a postres, mezclados con yogur natural y hasta como un toque
especial en ensaladas.
¿Deberíamos
ingerirlos en mayor cantidad?
La
mayoría de los especialistas en nutrición estiman que no tiene sentido
obsesionarse con aquellos alimentos que se ponen de moda tras la aparición de
estudios que ilustran sus beneficios. Es mucho más importante intentar consumir
una dieta balanceada con un alto contenido en verduras y frutas frescas. Los
expertos añaden que los polifenoles constituyen una gran familia y están
presentes en casi todas las bayas y los frutos rojos.
Tenlo en cuenta la próxima
vez que vayas de compras al supermercado. Lo interesante es que las propiedades
de estas sustancias se incrementan al unirse a otros compuestos como la
vitamina C, presente en cítricos, tomates, nabos, papas (patatas), camotes (batata
dulce), fresas y el melón (cantaloupe conocido como en inglés), o los carotenos
que encontrarás en la zanahoria, la calabaza, en mangos, manzanas y melocotones
(duraznos), así como en vegetales de hojas verdes.
Tanto la vitamina C como los
carotenos actúan además como antioxidantes.
Sus beneficios no se limitan a combatir la grasa, sino que actúan además
combatiendo a los microbios y evitando la formación de tumores. Y además ¡son
deliciosos!
Para Leer mas Consejos Sobre DIetas y Alimentación...Click Aqui