martes, 7 de febrero de 2012

Una Buena dieta beneficia a los niños


En concreto, estos investi­gadores analizaron las pautas de consumo de un total de
3.966 niños de entre tres y ocho años, entre los que fueron capaces de distinguir hasta tres tipos de dieta: una con alto contenido en grasas, azúcares y comidas preparadas; otra rica en carne y hortalizas; la última en un consumo abundante de verduras, frutas y pescado.
De este modo, una dieta con alimentos procesados a los tres años estaba vinculado a un índice de inteligencia ligeramente inferior al de los niños de ocho años, lo que muestra el impacto a largo plazo de una mala alimentación.

Comer mal hace daño y se piensa más lento
El estudio, dirigido desde la Universidad de Leeds (Reino Unido) estableció que una mala dieta durante los primeros años de vida, con demasiadas grasas azúcares, podría estar vinculada, según ha mostrado un nuevo estudio estadístico, con un descenso en el rendimiento intelectual del niño cuando se encuentre en edad escolar. Por el contrario, quienes se alimentan en su infancia de abundantes vitaminas y nutrientes obtienen, como media, mejores resultados de los tests de inteligencia que realizan durante la educación Primaría, siempre según la citada investigación. (Elmundo.es)


Todos los niños deben consumir frutas y verduras

Si un niño tiene malos hábitos alimenticios puede ser un riesgo para su salud, porque como come a todas horas y no tiene ningún control de sus progenitores en cuanto a los ali­mentos que consume llega a en­gordar y a ser propenso a un sin ­fín de enfermedades.

La nutricionista y dietista, Juana Molina, indicó que por día atiende 10 pacientes en su consultorio entre niños y adul­tos. de los cuales cada día se diagnostica tres niños con sobrepeso y obesidad. "Las consecuen­cias no es sólo verse gordito, si­no que su organismo está ex­puesto a adquirir otras enferme­dades como la diabetes, presión alta, colesterol alto, dijo el profecional.
Entre las principales comidas que consumen estos niños son comida rápida como sándwich, gaseosas, pizza, golosinas, ade­más que no realizan ningún de­porte y pasan sus ratos libres ju­gando play station, viendo televi­sión o navegando y chateando horas de horas por Internet.

"Por eso es importante que los niños para que se mantengan vi­gorosos y fuertes, los padres de familia den el ejemplo a sus hijos consumiendo comida saludable, además de educarlos desde tem­prana edad para que tengan sa­nos hábitos alimenticios", seña­ló Molina.
La doctora declaró que los críos a partir de los seis años de edad deben ingerir cinco comi­das al día: el desayuno, merien­da matutina, almuerzo, merien­da vespertina y cena. De todas estas comidas la más importante es el desayuno, "los niños que no desayunan tienen menor rendi­miento escolar o su capacidad de cálculo y razonamiento son ba­jas a comparación de los que sí desayunan, además que son mas propensos a engordar", dijo.
La especialista recalcó que para el almuerzo siempre debe existir en el plato de comida una ración de carne (res, pollo, cerdo); cereales (arroz, fideo, trigo) y verduras sobre todo las amarillas y verdes por su alto contenido de vitamina A y hie­rro. "Es preferible que el niño consuma segundo y no sopa, muchas mamás piensan que la sopa es más nutritiva que el se­gundo, esto no es así, el segun­do contiene más nutrientes y proteínas por el hecho de que es sólido", declaró.

Para que los padres de familia eviten que sus hijos consuman en el colegio dulces, gaseosas y comida chatarra, aconseja que eviten darles dinero y les manden con botellitas de yogurt, refrescos en bolsa, fruta picada, galletas in­tegrales o pan con dulce de leche, mermelada o mantequilla.

En cuanto a la cena, la especia­lista planteó que se puede acom­pañar con un sándwich de huevo o carne siempre acompañado de verduras, más un jugo de de fru­tas, explicó que para esta comida es importante que la persona consuma dos horas y media antes de acostarse para que su cuerpo tenga el tiempo necesario de digerir lo consumido.
Seguir estos consejos para mu­chas madres no es tan simple. so­bre todo porque existen niños que se niegan a consumir frutas y verduras consumiendo alimen­tos de su preferencia. como las carnes.

Los padres de familia no de­ben obligarles que acaben el pla­to. Es más fácil para ellos consu­mir esta clase de alimentos si toda la familia lo hace o en otras palabras “COMER EN FAMILIA ES SANO” y ayuda a bajar de peso.

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